El partido conservador ha ganado las elecciones generales en Finlandia con un estrecho margen sobre el partido socialdemócrata. Sin embargo, la cara de la victoria es esta otra. Es Timo Soini, el carismático eurodiputado populista y líder del partido ultraderechista "Verdaderos Finlandeses". Han conseguido el diecinueve por ciento de los votos y 39 diputados. Ha multiplicado por ocho el número de papeletas conseguidas en las elecciones de 2007. Se trata del mayor avance de un partido político en la historia de Finlandia. Con este resultado, que les convierte en al tercera fuerza del país, podrían tener la llave de la gobernabilidad de Finlandia. Entre sus propuestas: un rígido control de la inmigración y la negativa a los rescates financieros de miembros de la Eurozona.