Una bomba casera estalló la pasada madrugada en la embajada española en la capital de Libia, Trípoli. Por suerte no causó ninguna víctima porque el edificio estaba vacío desde el verano. El Gobierno español decidió evacuarlo el 31 de julio. El atentado se produce en un contexto cada vez más desolador. Hay continuos combates en una zona que está en manos del Estado Islámico.