En Kansas, unos padres acaban de saber que la vida de su pequeña depende de una gota de pegamento. Un vaso sanguíneo del cerebro de Ashlyn se había dilatado, provocando varios sangrados. Los doctores de este hospital de Kansas descartaron, por arriesgada, una intervención tradicional en un bebé de apenas tres semanas. Optaron, sorprendentemente, por introducir un catéter en su cráneo y aplicar una mínima cantidad de un pegamento similar al que se utiliza en la reparaciones caseras. En unos segundos, sellaba el vaso afectado. Gina la madre de Ashlyn, reconoce que la operación fue como "quitarse un enorme peso de encima". Su marido, Jared Julian, comenta que al fin pueden respirar "por primera vez en una semana". Ahora, el matrimonio confía en que los médicos acierten de nuevo en su diagnóstico: la recuperación completa de la pequeña.