La princesa Mette-Marit revoluciona de nuevo a la Casa Real noruega. En esta ocasión, por un viaje secreto a la India. Sin pensárselo dos veces, Mette-Marit usó su pasaporte diplomático para cuidar a unos recien nacidos por vientre de alquiler de unos amigos homosexuales. La princesa no se siente arrepentida y afirma que lo volvería a repetir. Recurrir a un vientre de alquiler es un tema polémico en Noruega que desaconseja su Gobierno. Ante esto también se ha defendido y ha declarado que se hubiera sentido inferior si no lo hubiera hecho. Como si de una novela se tratase, la princesa dejó de lado sus obligaciones en palacio para convertirse por un par de días en una cuidadora secreta.