En diciembre la inflación se situó en el 5,7 %, una décima menos de lo previsto. Lo peor es que la inflación subyacente, la que no tiene en cuenta ni energía ni alimentos frescos, se dispara al 7 %, su tasa más alta en 30 años. Tampoco los alimentos dan tregua, han subido un 15,7% respecto al año pasado, el nivel más alto desde que hay registros. Productos básicos de la cesta de la compra han subido entre un 30% y un 50%, como el azúcar, otros aceites, mantequilla, leche, harinas y aceite de oliva. Y ante esta situación el sindicato UGT señala como responsables a las empresas. El secretario general de UGT, Pepe Álvarez califica de abuso la subida de precios cuando la energía y los carburantes han bajado. La estadística de diciembre no recoge la bajada del IVA de productos básicos que empezó a aplicarse en enero.