Este martes entra en vigor la nueva factura de la luz, un nuevo sistema con el que el usuario doméstico pagará más o menos a final de mes en función de la hora a la que utilice sus electrodomésticos. Pero será solo el punto de partida de una serie de cambios que amenazan con dar una vuelta de tuerca al complejo recibo eléctrico para dar impulso a una tecnología que pretende ser el centro de la transición energética y que depende actualmente de un batiburrillo de cuestiones que van desde la meteorología hasta el déficit acumulado del sistema eléctrico hasta 2013.