El Gobierno reconoce que se producirá una leve desaceleración de la economía. El PIB crecerá un 2,3%, una décima menos de lo previsto por la ralentización mundial. El déficit acabará este año en el 2,7% y nueve décimas por debajo en 2019, llegando a situarse en 1,8% del PIB. Unas cuentas que le cuadran al Ejecutivo a pesar de que aún no ha podrido aprobar el incremento de más de 5.000 millones de gasto bloqueado en el Senado por el PP, porque la evolución de la economía permitirá un incremento de los ingresos superior. Aun así, el Ejecutivo confia en que la evolución de la economía permitirá un incremento de los ingresos con los que logrará equilibrar las cuentas.