En un segundo el Sol produce suficiente energía para abastecer toda la demanda energética mundial durante medio millón de años, así de potente es, y aunque evidentemente no toda esa energía incide sobre la tierra, con una ínfima parte de la que sí llega Javier Bustos alimenta su bicicleta eléctrica la consola de sus hijos o las bombillas del salón. Unas placas solares, unas baterías y un generador de gas para imprevistos hacen su casa prácticamente autosuficiente. Javier vive en La Puebla de Almoradiel, en Toledo, y aunque mantiene su contrato eléctrico, sigue conectado, paga lo mínimo, sólo la potencia contratada porque lleva meses sin usar energía que no provenga del sol y los paneles de su casa y no tiene que pagar el polémico impuesto al Sol porque está previsto aplicarlo a instalaciones de más de 10 kilowatios y para la energía de la casa de Javier con poco más de tres es suficiente.