Tras sufrir el ajuste más duro del sector en Europa, los bancos se preparan para un nuevo periodo de fusiones que podría llevarse por delante 10.000 puestos de trabajo, además de los 75.000 que se han perdido desde que empezó la crisis hasta ahora. Los problemas que acucian a la banca española, que aún tiene en sus balances activos inmobiliarios insolventes, son comunes a la de Europa occidental: bajos tipos de interés y escasa demanda de crédito. Aunque los expertos creen que los procesos de concentración tardarán aún en llevarse a cabo.