Primero despedimos a la bombilla incandescente y ahora ha llegado el momento de apagar los halógenos. Desde hoy los tipos menos eficientes dejarán de comercializarse, aunque podrán venderse hasta que se acaben las existencias, lo que según el sector pasará en seis meses. Esta prohibición es el siguiente paso en las políticas europeas para mejorar la eficiencia energética, y es que según el presidente de la Fundación de Energía Sostenible, Benito Muros, las lámparas halógenas transmiten un 80% de calor y solo un 20% de luz.