El sueño de cualquier joven emanciparse se ha convertido en una quimera para los españoles con menos de 30 años. Según un estudio del Consejo de la Juventud, para que los jóvenes españoles puedan comprarse un piso tendrían que ganar el doble. Por eso, 8 de cada 10 veinteañeros siguen viviendo en casa de sus padres.