La devaluación del yuan -la moneda oficial de China-, propiciada por el gobierno de este país esta misma semana, ha causado preocupación y caídas en los mercados bursátiles. El motivo es que lo han interpretado como un síntoma de inestabilidad y debilidad de su economía, que representa más del 20% de la riqueza mundial, y que podría frenar el crecimiento, incipiente aún, de Europa y, por tanto, de España. La caída en un 8% de las exportaciones, hace que las fábricas chinas estén a medio gas. Riesgo para el empleo y el crecimiento. Algo grave en un país con 700 millones de pobres. Pero una devaluación del yuan, una moneda más barata, empuja las ventas.