"Creo que el plan de Bruselas no es expulsarnos del euro, porque el coste sería enorme, sino acabar con la esperanza de que puede haber otra política en Europa", aseguraba Alexis Tsipras en una entrevista en televisión, descartando así una salida del euro. Todavía hay otra fecha clave: el 20 de julio. Entonces, Grecia debe afrontar un pago de 3.500 millones al Banco Central Europeo. Si no cumple, la situación de bancarrota será ya irreversible.