Bajo la dirección de Emilio Botín, el Banco Santander se ha convertido en la mayor entidad de la zona euro por capitalización bursátil y en uno de 13 mayores bancos del mundo. 100 millones de clientes, 3’3 millones de accionistas y 187.000 empleados. Ese es el imperio que Botín deja tras su muerte. Desde que asumiera la presidencia en 1986, las acciones del Santander se han revalorizado un 3.000%. Emilio Botín llevó a cabo una política de compras muy agresiva. Adquirió Banesto, absorbió el Central Hispano, se hizo con el estadounidense Sovereigb Bank y con otras entidades de renombre en Latinoamérica.