Las mutuas controlarán las bajas médicas desde el primer día y ganan poder en detrimento de los médicos con la nueva ley del Gobierno. Las mutuas podrán solicitar el alta a la inspección médica. Tendrá cinco días para contestar. En caso de conflicto entre la mutua y la inspección, la decisión final la tomará la Seguridad Social. El Gobierno desiste de una de sus propuestas más polémicas: el alta no será automática en caso de silencio administrativo. La ministra de Empleo Fátima Báñez defiende que los médicos seguirán teniendo la última palabra.