El 41º Rally Norte de Tenerife pasará a la historia como una de las ediciones más intensas y peligrosas jamás vividas. La lluvia persistente y la niebla espesa transformaron las carreteras del norte de la isla en trampas mortales para los pilotos. La prueba se convirtió en un auténtico campo de batalla en el que la habilidad al volante no fue suficiente para evitar una cadena de impactos escalofriantes.

Uno de los momentos más dramáticos se vivió cuando el coche de Yeray Lemes se salió de la carretera y se estrelló violentamente contra una vivienda antigua, provocando el colapso parcial del edificio. Pocos minutos antes, en ese mismo tramo, Alexey Lukyanuk, líder provisional del rally, sufrió un accidente similar al caer en un brutal aguaplaning, también contra una casa. Ambos quedaron fuera de combate.