El ertzaina se desploma en el suelo con su escudo en una mano. El resto de agentes le rodean y tratan de reanimarle sin éxito en medio de la batalla campal entre ultras del Spartak de Moscú y del Athletic de Bilbao en la explanada de San Mamés antes del partido. Cuando llega la ambulancia a los pocos minutos, el agente está en parada y es trasladado al hospital de Basurto donde, tras una hora de reanimación, los servicios de emergencia solo pueden certificar su fallecimiento.