"Requiero que Martín Presa se retrate de su desafortunada y ofensiva manifestación a mi persona (…) Ni estoy loco, ni soy un asesino. Mi profesión es ser entrenador de fútbol, honrado y profesional", manifestó el técnico al inicio de su comparecencia. Marcelino asumió su responsabilidad en las desafortunadas declaraciones. "Hablé más con el corazón que con la cabeza", afirmó. "No tengo ninguna duda de que después de esta comparecencia el mundo del fútbol no dudará de mi honradez", concluyó. Además, se ha puesto a disposición de cualquier organismo deportivo o judicial para "solventar cualquier duda".