La llegada de Iker Casillas a Oporto ha generado una gran expectación entre los aficionados del equipo portugués. Decenas de seguidores esperaban en el aeropuerto la llegada del guardameta procedente del Real Madrid. Casillas, antes de entrar en un coche oscuro, ha saludado desde la distancia a los aficionados que gritaban su nombre. La policía ha tenido que controlar el énfasis de los seguidores más radicales del equipo blanquiazul.