Entre la imagen de un Alexis Tsipras sonriente y otra de un Tsipras muy serio han pasado dos días, una propuesta griega, varias reuniones y un desencuentro con el Fondo Monetario Internacional, el más reacio a dar el visto bueno a la contraoferta del Gobierno heleno. Le exigen más recortes en pensiones y más subida del IVA, los dos capítulos más dolorosos para Grecia. Tsipras ya traspasó esas líneas rojas pero ahora le piden más para hacer creíble el ajuste fiscal. El primer ministro griego ha recriminado al FMI su falta de voluntad para llegar a un acuerdo.