Todo listo para uno de los maratones más emblemáticos del mundo. La ciudad de Londres amanece blindada y la seguridad durante el desarrollo de la prueba ha aumentado este año en un 40 por ciento tras los atentados en la carrera de Boston. La capital británica, que no ha ofrecido datos sobre el número exacto de policías, quiere mantener la seguridad entre los 36.000 corredores y el medio millón de personas que acudirá como público.