La Policía turca se ha visto obligada a usar gases lacrimógenos para dispersar a los hinchas de Galatasaray y Besiktas que asistían a un partido de baloncesto en silla de ruedas de las respectivas secciones de estos dos clubes de Estambul cuyas aficiones son enemigas acérrimas. Los ultras de ambos clubes estuvieron todo el encuentro insultándose y enzarzándose en peleas, con invasión de cancha incluída.