El Granada esperaba una noche de ensueño después de remontar ante el Mallorca con un gol de Martins, dedicado a su hijo enfermo. Pero todo se convirtió en una pesadilla después de que un paraguas procedente de la grada impactara en la cabeza del asistente del árbitro. La policía se llevó al presunto agresor, menor de edad, tras ser identificado por el público que lo rodeaba.