Llegaba tarde Florentino a su habitual reunión con las pequeñas blancas cuando un agente de seguridad no le abría la puerta para acceder al hotel con su vehículo privado. El presidente blanco no dudó en bajarse del coche para dirigirse personalmente al empleado del hotel. "Usted que es de seguridad para qué está aquí, le parece normal, dígamelo", replicó Pérez que finalmente logró su objetivo.