El partido de vuelta de semifinales de la Champions que enfrenta al Barça y al Madrid está calificado de altísimo riesgo. Unos 500 agentes velarán por la seguridad en Barcelona y otros 1.000 policías se encargarán de evitar disturbios en el resto del territorio. Los efectivos se situarán en el Camp Nou para garantizar la seguridad de los jugadores y seguidores de ambas aficiones en la entrada y salida del estadio. Posteriormente el dispositivo se trasladará a Canaletas, donde se han retirado los contenedores y cualquier objeto que pueda arrojarse o quemarse.