Tras una mañana peleando por hacerse un hueco en el camping, soportando un calor inhumano, los fibers empiezan a mover la cabeza. No es el FIB de los últimos 25 años, pero aspira a recuperar el prestigio con un cartel en el que los grupos españoles ganan terreno y un objetivo: público joven, un nuevo perfil que para el pueblo significa menos gasto. Pero el FIB serán 80 conciertos y 50.000 personas al día. España en verano es música en directo.