Seguro que todos ustedes reconocen la foto que Alberto Korda tomó de Ernesto Ché Guevara en 1960 en el entierro por las víctimas de la explosión de La Coubre. Pasa por ser la instantánea más reproducida de la historia y uno de los iconos del siglo XX. Pero esa foto, además de proporcionarle fama mundial, fue un estigma para el resto de su producción, que quedó ensombrecida. Ahora una exposición en el Museo Cerralbo de Madrid, dentro del marco de PhotoEspaña, "saca a la luz" sus fotos menos conocidas, pero que fueron su auténtica pasión: el retrato femenino.