Este año los visitantes que se acerquen a la Feria de Sevilla descubrirán un nuevo protagonista hasta ahora desconocido. Además de los trajes de volantes, los farolillos, los rebujitos, el pescaíto frito hay también mucho palo-selfie. El famoso artilugio extensible ha sido empleado por todos, sevillanos y turistas, para hacerse múltiples autofotos que permitan inmortalizar el momento.