Se diría que las teclas de su vieja underwood, aquí en su Aracataca natal, esperan el regreso de Gabo.... Aquí, sin embargo, en los exteriores de su casa mexicana de la calle del Fuego querrían que el nobel no se fuera nunca. Colombia o México es ahora la pregunta que sólo la familia del escritor puede resolver. Quizá la respuesta esté en las palabras del embajador colombiano que opta por repartir las cenizas.