Sarah es judía y regenta un café en Jerusalén Oeste. Saleem es un palestino de Jerusalén Este y trabaja como repartidor. Pese a pertenecer a mundos separados, Sarah y Saleem lo arriesgan todo cuando se embarcan en una infidelidad que podría desgarrar a sus familias, que no sospechan nada. Cuando una arriesgada cita nocturna se tuerce y amenaza con descubrirles, ambos ven como sus desesperados esfuerzos por salvar lo que puedan de sus vidas no hacen sino agravar las cosas. Atrapado en la maquinaria de la ocupación y la presión sociopolítica, Saleem se situará en el punto de mira de las fuerzas de seguridad israelíes.