En un pueblo de la costa gallega vive Mario, un hombre ejemplar. En la residencia de ancianos en la que trabaja como enfermero todos le aprecian. Cuando el narco más conocido de la zona, Antonio Padín, recién salido de la cárcel, ingresa en la residencia, Mario trata de que se sienta como en casa. Ahora, los dos hijos de Padín, Kike y Toño, están al mando del negocio familiar. El fallo en una operación lleva a Kike a la cárcel y les genera una gran deuda con un proveedor colombiano. Toño recurre al enfermero para que intente convencer a su padre de que asuma la deuda. Sin embargo, Mario tiene sus propios planes.