Estalla la tormenta tras una dura jornada de trabajo en el campo. Cuando la lluvia amaina, brota la vida de la tierra antes yerma. Un fruto crece y madura, sobrevive al ataque de las plagas y se convierte en la manzana que da vida a la sidra. Llega entonces el tiempo de celebrar la cosecha, de brindar y festejar el amor.