Una antigua y olvidada civilización yace enterrada bajo grandes extensiones de dunas. Desde hace algo más de un siglo, varios viajeros han llegado hasta ese recóndito territorio en busca de las huellas de antiguos pobladores, los restos de una ciudad sepultada por las arenas, tal vez una especie de utopía extraviada. Ignorantes de estos mitos y de las ilusiones románticas de arqueólogos y aventureros, unos pocos hombres, apenas visibles entre los arenales, habitan hoy en soledad este sitio delante del mar.