Mientras su matrimonio se hunde, la eminente jueza de la Corte Suprema Fiona Maye tiene que tomar una decisión que puede cambiar su carrera, decidir si un adolescente debe recibir una transfusión de sangre que podría salvar su vida, a pesar de sus convicciones religiosas. Su inusual visita al hospital donde está el adolescente producirá un profundo efecto en ambos.