Diego El Cigala, acompañado de los grandes mitos vivos de la salsa, viajan de Colombia a Nueva York pasando por Cuba, Puerto Rico, Madrid, Dominicana o Miami, dispuestos a hacer retumbar los metales y tambores, y a dar la batalla una vez más. Inspirando nuevos pasos a un ritmo que antes que nada es vida, es alegría, es esperanza, es sueño. Un homenaje al alma de la salsa, la cual es indestructible.