En el corazón de La Habana, Miguel sueña con obtener un visado que le permita huir a Nueva York. Paralelamente, Diego vive postrado e inmóvil por el SIDA, lo que no le impide luchar por vivir. Ambos conviven y mantienen una amistad indestructible, sostenida por un pasado compartido del que solo ellos conocen sus secretos.