Tras la repentina muerte de su madre, Calabacín se hace amigo de un simpático policía, Raymond, que lo acompaña a su nuevo hogar de acogida con otros huérfanos de su edad. Calabacín lucha al principio por adaptarse al ambiente extraño y hostil. Sin embargo, con la ayuda de Raymond y de sus nuevos amigos, Calabacín aprende a amar y a confiar en los otros.