Siguiendo la publicación de un estudio que anunciaba la posible desaparición de parte de la humanidad de aquí a 2100, Cyril Dion y Mélanie Laurent se propusieron, junto a un equipo de cuatro personas, iniciar su propia investigación en diez países para averiguar qué podría estar provocando tal catástrofe y, sobre todo, cómo se podría evitar. Durante su viaje conocieron a pioneros que estaban reinventando la agricultura, la energía, la economía, la democracia y la educación. Poniendo en práctica estas iniciativas, concretas, positivas y que ya están en marcha en algunos lugares y demostrando que funcionan, los directores comenzaron a darse cuenta de cómo podría ser el mundo del mañana.