1921, los dorados años veinte. No muy lejos de París es día de fiesta en el castillo de Marguerite Dumont. Como todos los años, una serie de amantes de la música se reúne alrededor de una gran causa. Nadie sabe mucho sobre esta mujer, excepto que es rica y que toda su vida se ha dedicado a su pasión: la música. Marguerite canta de todo corazón, pero terriblemente fuera de tono. En formas muy similares a Castafiore, Marguerite ha estado viviendo su pasión en su propia burbuja, y el público hipócrita, entre risas, actúa como si ella fuera la diva que cree que es.