En el retrato fotogrfico, Colita es una maestra indiscutible de la Barcelona del s. XX. Se ha entregado tanto a su oficio como al placer de ejercerlo prefiriendo retratar a gente que conoce y, muy especialmente, a la que ama. Escritores, cantantes, artistas de cine pero tambin rostros annimos, apasionantes, que recoge entre el pueblo, acaricindolos, sintindolos, ya que su arte no se distancia. Necesita el amor para producirse. En el jardn de su casa de la Bordeta en Sants, conversando con las amigas de siempre, rebosantes de ingenio y diversin, el concepto amistad incluye incluso a personas de los tiempos vividos intensamente: las dos ltimas dcadas de la dictadura franquista. Lo justo para darles sentido con su cmara.