A sus 27 años, Nora, Gisela, Tania, Marta y Mateo no tienen la vida que esperaban tener cuando eran unos adolescentes soñadores. Como la mayoría de veinteañeros españoles, quieren conseguir un buen trabajo en la profesión de sus sueños, tener pareja y vivir en un piso en el centro. El único problema es que con sus sueldos mileuristas, lo máximo que han logrado por el momento es vivir en un piso compartido, trabajos de becarios, parejas alérgicas al compromiso y poder comprarse ropa solo en las rebajas. Sin embargo, Nora y sus amigas no se rinden ante la cruda realidad, porque la realidad la inventan ellas. Su primera misión: organizarle una despedida de soltera inolvidable a Gisela, la más responsable del grupo. El plan consiste en irse una semana de viaje a algún lugar de playa donde haya alcohol, gente guapa, postureo y mucha fiesta. Nora, la promotora de un plan que parece hecho a su medida, desearía ser como las de Sexo en Nueva York para elegir un destino lujoso y exótico. Pero la