Neneta vive en la costa de Almería en una furgoneta con su pareja, Lobo. El mismo día en el que Lobo supuestamente empezaba un nuevo trabajo, la abandona. Ella recoge el campamento y vuelve con su bebé a su pueblo natal en Galicia. Al regresar a su industrial y decadente pueblo todo son dificultades y solo es capaz de conseguir un puesto de peón en la construcción. Sufre la dureza del trabajo y el hecho de ser mujer en un oficio de hombres, pero consigue sobreponerse con coraje y en compañía de su cuadrilla empiezan a ser conocidos por el constructor como los Fenómenos por su capacidad para levantar metros cuadrados. En pleno auge del ladrillo, logra ganar mucho dinero en la construcción y comienza a albergar nuevos sueños, que poco a poco se ven truncados con el comienzo de la crisis.