Tras la repentina muerte de Pina Bausch en 2009, su íntimo amigo, el director de cine Wim Wenders, se replantea una película sobre la bailarina. Durante los más de 20 años de amistad personal, Wim Wenders y Pina Bausch nunca abandonaron su idea de hacer juntos una película de danza. Pero, no fue hasta ahora, cuando gracias a las posibilidades ofrecidas por la tecnología digital del 3D, encontraron la plasticidad y la expresividad emocional que durante tanto tiempo habían buscado para poder llevarla a la gran pantalla. Ya es posible reproducir en el cine la dimensión del espacio. Esa dimensión en la que el movimiento y la danza tienen lugar, y en la que el 3D puede meter al espectador a un viaje de descubrimiento sensual.