Yatma ha vuelto a sonreír. Dejó Senegal hace más de un año en un cayuco que llegó a El Hierro, pidió asilo y ha estado en centros de Almería y Madrid. No explica por qué huyó, ni siquiera avisó a su madre. Con 25 años, Yatma era universitario en Senegal y jugaba al baloncesto desde niño. La pasión se nota en la cancha. Ricardo lo vio cuando llegó hace un mes con otros 89 varones de Senegal y Mali al centro de protección internacional. Unos pases, unas canastas y Yatma ya es fichaje del Club de Baloncesto Palencia.