El fuego ha arrasado en Tenerife el 8% de la superficie de la isla, unas 15.000 hectáreas en un perímetro de 90 kilómetros y, aunque ya está perimetrado, aún no se da por controlado porque hay algunas reactivaciones. Es el peor incendio en 40 años y aunque ha afectado a cultivos y colmenas, unas 3.000, lo peor se lo han llevado los bosques. Incluso en zonas protegidas, como las más de mil hectáreas que ha quemado en el Parque Nacional del Teide. Los vecinos esperan que la declaración de zona catastrófica colabore con ayudas a la difícil recuperación de la superficie quemada. Los 26.000 desalojados ya han vuelto a casa.