Con 78 años, Ana ve por primera vez el mar. Nunca había ido a la playa y era su gran deseo. Ella no puede caminar ni ponerse en pie. Sufre obesidad y diabetes. Lleva más de 8 años internada en una clínica. Le contó a su enfermero Antonio la ilusión que le haría ir a la playa y él se puso manos a la obra.