Puede que elevar y mantener un Zoo, tras haber construido un parque para dinosauros (Jurassic World Evolution), o uno de atracciones (Planet Coaster), pueda resultar aburrido a simple vista, pero quizá estaríamos prejuzgando demasiado rápido. Hemos podido probar durante más de 30 minutos la primera versión jugable que se presentó este año de ‘Planet Zoo’ en un evento público, y no podíamos esperar para contaros nuestras sensaciones.

Para comenzar, ‘Planet Zoo’ es más parecido a Planet Coaster que cualquier otro juego, y eso queda patente desde el inicio con el abrumador número de opciones, o al menos esa impresión ofrece durante la primera media hora. Podemos elegir detalles con una precisión casi ridícula. Los animales por escoger (nos indicaron que se irían ampliando con sucesivas expansiones) tienen un gran nivel de detalle: desde las texturas, hasta las animaciones, pasando por la inteligencia artificial y el comportamiento con relación al entorno. Podremos influir sobre ellas con cientos de opciones relacionadas con su estancia y hábitos, pero no controlar a ninguna de ellas.

El género de juego se podría etiquetar dentro de la gestión supervitaminada, colmada de opciones, materiales, vegetales, de personal. A primera vista puede resultar agotador, inabarcable, pero resulta intuitivo, arranca poco a poco y nos permite conocer los aspectos básicos para ir profundizando en sus opciones. La sensación de jugar a ‘Planet Zoo’ es la de crear, la de tomar decisiones constantes y avanzar en el sentido que queremos siempre bajo nuestro control -salvo cuando la cosa se desmadra, que será más habitual de lo que esperamos.

‘Planet Zoo’ aprovecha la experiencia de Frontier Developments, y se percibe tanto la mano del desarrollador, como los millones de horas de juego de la comunidad, que no ha parado de contribuir en títulos como ‘Planet Coaster’ o ‘Jurassic World Evolution’. Se nota. El juego es más divertido que ‘Planet Coaster’, y más completo que ‘Jurassic World Evolution’. Quizá menos espectacular, pero no echamos de menos en ningún momento un dinosaurio, todo lo contrario. En ‘Planet Zoo’ disfrutas de la diversidad.

Los dinosaurios no tenían comportamientos muy diferentes, salvo los carnívoros, pero si mezclas gaviales, con rinocerontes indios, mandriles, antílopes, tapires, elefantes indios, osos pardos, tarántulas, escorpiones, o con escolopendras gigantes, la cosa cambia. Hay un universo distinto a cada poco en ‘Planet Zoo’ y eso nos obliga a pensar distinto. En resumen, lo que ya podéis imaginaros: un videojuego diferente, divertido, completo e innovador, pero con un aire clásico a la vez. Posiblemente ocupará uno de los lugares destacados dentro de su género. Posiblemente, solo el tiempo lo dirá.

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