La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aprobado la revisión número 11 de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE), que incluye la adicción a los videojuegos, que pasa a ser considerado oficialmente un un trastorno debido a comportamientos adictivos.

Según la OMS, el trastorno adicción a los videojuegos lo sufren todas aquellas personas que presentan "un patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente que puede ser en línea o fuera de línea". Según afirman, para poder confirmar el diagnóstico, este comportamiento tiene que ser evidente durante un periodo de al menos doce meses, aunque señalan que este tiempo podría recortarse si la persona presenta todos los síntomas, y si estos son graves.

De acuerdo con la descripción de la clasificación del CIE recogida dentro del trastorno debido a comportamientos adictivos, los síntomas se manifestarían, en primer lugar, por el "deterioro en el control sobre el juego", donde se incluye el inicio, la frecuencia, la intensidad, la duración, la terminación y el contexto. También por el "incremento de la prioridad dada al juego", que llega a anteponerse a "otros intereses y actividades de la vida diaria". Y un último síntoma se refiere a la "continuación o incremento del juego a pesar de que tenga consecuencias negativas".

Señalan desde la OMS que el patrón de comportamiento es lo suficientemente grave como para dé lugar a un "deterioro significativo a nivel personal, familiar, social, educativo, ocupacional o en otras áreas importantes de funcionamiento".

Por otra parte, y dentro de los problemas asociados con los comportamientos de salud, también se ha incluido el trastorno por uso de juegos digitales en una medida peligrosa, que, aseguran, se trata de "un patrón de uso de juegos digitales, ya sea en línea o fuera de línea, que aumenta considerablemente el riesgo de consecuencias perjudiciales para la salud física o mental de la persona o de otras personas en su entorno".

Así, recogen que el mayor riesgo puede deberse a "la frecuencia de uso de estos juegos, a la cantidad de tiempo dedicada a estas actividades, al descuido de otras actividades y prioridades, a los comportamientos riesgosos asociados con el uso de estos juegos o con su contexto, a las consecuencias adversas o a la combinación de todos estos factores".

Además, señalan que es habitual que el patrón de uso de estos juegos sea persistente a pesar de que la persona sea consciente del mayor riesgo de daño que tiene esta actividad para sí mismo o para otros.

La OMS adoptó el sábado la revisión número 11 de la CIE que, como informa en un comunicado de prensa, entrará en vigor el 1 de enero de 2022.