La Clínica Universidad de Navarra (CUN) ha constatado una reducción de un 85% del temblor en los primeros 150 pacientes con Parkinson tratados con su nueva técnica de ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU), con mínimos efectos secundarios y la misma eficacia y seguridad en pacientes de edad avanzada.

El principal foco en el uso del HIFU ha sido hasta ahora la reducción del temblor en los pacientes con temblor esencial o con enfermedad de Parkinson, explica el centro en una nota. En ella, la directora del Departamento de Neurología de la CUN, Mari Cruz Rodríguez, explica que en el análisis de los resultados a 6 meses "la media de mejoría es del 85%, y de ellos, un porcentaje elevado, en torno al 30%, han conseguido una desaparición del temblor”. “Esta mejoría, además, les otorga una mejora clara en su calidad de vida”, incide.

La CUN incorporó este procedimiento no invasivo en enero de 2019, fecha desde la que ha realizado un seguimiento a sus pacientes en el que ha visto cómo la edad no es un factor de exclusión, explican las mismas fuentes. Según Rodríguez, “la cirugía de estimulación cerebral no se puede hacer en personas mayores de 65 o 70 años, sin embargo, con HIFU el 32% de los pacientes con enfermedad de Parkinson que hemos tratado tenían más de 75 años. Y hemos visto que, tanto en términos de beneficio como de efectos secundarios, los resultados son iguales que en pacientes más jóvenes”, detalla.

De hecho, la seguridad y eficacia de esta técnica se ha visto en todas las variables clínicas y demográficas, consiguiendo “el mismo grado de eficacia independientemente de los años que lleve con la enfermedad, su gravedad, la edad o la presencia de factores de riesgo vascular”.

Hasta el momento, se ha podido analizar la evolución durante los primeros 6 meses de los primeros 150 pacientes, muestra en la que además de la eficacia para eliminar el temblor se ha evaluado la aparición de efectos secundarios. “Al realizar el tratamiento, se genera un pequeño edema alrededor de la zona tratada que provoca, con frecuencia, efectos secundarios leves y transitorios en el primer mes. El edema puede producir hormigueos o un poco de inestabilidad, que van desapareciendo conforme el edema va reabsorbiéndose y a los 6 meses son muy pocos quienes los describen”, reconoce Rodríguez.

Actualmente, el equipo médico de Neurología y Neurocirugía sigue investigando el seguimiento al año de la intervención para comprobar los efectos a más largo plazo, aunque los datos preliminares muestran un efecto sostenido.