El estatus socioeconómico de las madres influye en los bebés incluso antes de nacer, lo que pone de relieve la necesidad de realizar intervenciones políticas para apoyar el bienestar de las mujeres embarazadas, según una investigación recientemente publicada por el Children's National Hospital de Washington, en Estados Unidos, en la revista 'JAMA Network Open'.

El estudio, el primero de su clase, realizado con 144 mujeres embarazadas, revela que el estatus socioeconómico (ESE) tiene un impacto en el útero, alterando varias regiones clave del cerebro fetal en desarrollo, así como las características corticales. La ocupación de los padres y los niveles de educación que abarcan las poblaciones con un ESE más bajo dificultan el desarrollo temprano del cerebro, lo que puede afectar a la función neural, socio-emocional y cognitiva más adelante en la vida del bebé.

Tener una comprensión clara del desarrollo cerebral temprano también puede ayudar a los responsables políticos a identificar enfoques de intervención, como la asistencia educativa y la formación ocupacional, para apoyar y optimizar el bienestar de las personas con ESE bajo, ya que se enfrentan a múltiples factores de estrés psicológico y físico que pueden influir en el desarrollo cerebral infantil, señalan los investigadores.

"Aunque se ha investigado mucho sobre la interacción entre el estatus socioeconómico y el desarrollo del cerebro, hasta ahora se sabía poco sobre el momento exacto en el que el desarrollo del cerebro se altera en las personas con alto riesgo de tener malos resultados en el desarrollo", explica la doctora Catherine Limperopoulos, directora del Developing Brain Institute y autora principal.

En este sentido, añada que "hay muchas razones por las que estos niños pueden ser vulnerables, incluyendo las altas tasas de depresión prenatal y ansiedad de la madre. Más adelante en la vida, estos niños pueden sufrir trastornos de la conducta y alteraciones de las funciones neurocognitivas necesarias para adquirir conocimientos, que son la base para prosperar en la escuela, el trabajo o la vida", alerta.

Elevado estrés de los padres

Los resultados sugieren que los fetos de mujeres de bajo nivel socioeconómico presentaban un menor crecimiento regional del cerebro y una aceleración de los patrones de giro y plegado de la superficie del cerebro. Esta observación en poblaciones de bajo nivel socioeconómico puede explicarse en parte por el elevado estrés de los padres y puede estar asociada a trastornos neuropsiquiátricos y enfermedades mentales más adelante en la vida.

Por el contrario, los fetos de mujeres con niveles de educación, ocupación y ESE más elevados mostraron un mayor volumen de materia blanca, cerebelo y tronco cerebral durante el periodo prenatal, y un menor índice de giro y profundidad sulcal en los lóbulos parietal, temporal y occipital del cerebro.

Estos procesos críticos de crecimiento y desarrollo cerebral prenatal sientan las bases de una función cerebral normal, que prepara al bebé para la vida fuera del útero, permitiéndole alcanzar hitos de desarrollo clave después del nacimiento, como caminar, hablar, aprender y tener habilidades sociales.

También se desconoce la relación entre el estatus socioeconómico y el plegamiento cortical fetal, que es cuando el cerebro experimenta cambios estructurales para crear regiones sulcales y girales. Los hallazgos del estudio sobre la aceleración del giro en el nivel socioeconómico bajo se suman al registro científico, ayudando a informar sobre futuras investigaciones, añadió Limperopoulos.

El equipo de investigación del Children's National reunió datos de 144 mujeres sanas de entre 24 y 40 semanas de gestación con embarazos sin complicaciones. Para establecer los parámetros del estatus socioeconómico, que incluía la ocupación y la educación en lugar de los ingresos familiares, los padres completaron un cuestionario en el momento de cada visita de resonancia magnética cerebral.

Los investigadores utilizaron la resonancia magnética para medir los volúmenes cerebrales del feto, incluyendo la materia gris cortical, la materia blanca, la materia gris profunda, el cerebelo y el tronco cerebral.

De los 144 participantes, los científicos escanearon el cerebro de 40 fetos dos veces durante el embarazo, y el resto se escaneó una vez. Los modelos cerebrales computacionales tridimensionales entre los fetos sanos ayudaron a determinar el plegamiento cortical del cerebro fetal.

En el estudio también se midieron los posibles factores de riesgo próximos, como la angustia materna, mediante un cuestionario, que afectó al 60% de las participantes, pero, según los escasos datos disponibles, no hubo una asociación significativa con el nivel socioeconómico bajo y alto ni con el volumen cerebral y las características corticales.